La tradición dice que Tirso soportó muchas torturas y fue sentenciado a ser serrado por la mitad.
[1] Leucio, después de reprochar al gobernador Cumbricius, fue colgado, rastrillado en sus costados, y luego decapitado.
En España, ha dado lugar a varias localidades llamadas San Tirso, Santotís, Santiso o Santiz.
Allí se puede encontrar la catedral Notre Dame et Saint Thyrse (Nuestra Señora y san Tirso).
[10] En Châteauponsac (en la región de Lemosín) se encuentra una iglesia del siglo XII, dedicada a este santo.