Se utiliza en el acompañamiento de ritmos típicos del interior del país como el bambuco, pasillo, torbellino, danza, rumba criolla, vals, rumba carranguera, merengue campesino, polka, fox trot, contradanza, marcha, guabina.
El registro medio es el más conveniente para la adecuación de una melodía a la idiomática del instrumento.
Si bien es cierto, que el rasgueo en sí mismo constituye una característica de orden esencial en el lenguaje del tiple, no es menos cierto que la forma como se tañe o se pulsa el instrumento en el estricto sentido de ejecutar e interpretar una melodía con o sin acompañamiento, también se hace trascendente; no solo por la ejecución en sí misma, sino también por la interpretación a la que da lugar la forma y el género de la obra que se pretende adecuar.
Y finalmente, el apoyo propiamente dicho, el cual se utiliza cuando quiera que se haya dispuesto que el fragmento musical a ejecutar, deba ser interpretado de manera ligada y con una duración prolongada y/o expresiva de cada nota.
Ahora bien, en el evento de utilizar los demás modos antiguos (modos dórico, frigio, lidio, mixolidio y locrio) es decir, los modos antiguos que no corresponden propiamente a la estructura de las escalas mayores y menores (modo jónico y eólico) u otras escalas, es conveniente tener en cuenta el mismo criterio esbozado anteriormente, cuando se esté transportando la melodía, toda vez que las melodías concebidas en el tono original de cada uno de los modos, nos ofrecen una proporción adecuada para la ejecución de melodías en cuerda suelta y así también, en cuerda pisada.
El trémolo es uno de los efectos que más impresión causa cuando se ejecuta con precisión y rapidez.
Ello, por lo que se hace necesario dejar a cargo de la primera o segunda cuerda el acompañamiento tremolado.