Se cree que Durrant sufría depresión maníaca y había rumores de un lado oscuro en su personalidad.
Aunque era un joven apuesto, aparentemente educado y sociable, apreciado en su congregación, la investigación policial descubriría que había insinuado proposiciones deshonestas a numerosas jóvenes, tan repugnantes, que avergonzadas no se lo habían contado a ningún familiar para que no se tomaran la justicia por su mano, y que a lo largo del año anterior había frecuentado burdeles en Comercial Street, donde según las prostitutas en varias ocasiones había traído con él, en una bolsa o una pequeña caja, un palomo o un pollo, y que durante "el libertinaje" de la noche le cortaba el cuello al ave y dejaba la sangre correr sobre su cuerpo".
[2] Se había mudado a San Francisco para completar su formación como maestra y vivía con su hermana Maud en casa de su tía, la señora Tryphenia Noble, y su esposo en la calle 21.ª en el distrito de Mission.
Lamont era una joven religiosa, que asistía regularmente a la cercana iglesia baptista Emmanuel.
Bajaron en su parada y fueron vistos por la señora Mary Vogel caminando calle abajo hacia la iglesia baptista Emmanuel.
La señora Leak, que más tarde testificó durante el juicio contra Durrant, fue la última persona en ver a Blanche Lamont viva.
Luego Durrant acompañó hasta su casa a King, a pesar de que la suya estaba en dirección contraria y le dijo encontrarse todavía débil por el escape de gas.
La señora Noble testificó que pasó más tarde por su casa para dejar el libro y le sugirió que Lamont podría haber sido secuestrada para ser forzada a la prostitución.
La policía interrogó a Durrant porque era la última persona con quién había sido vista la joven y también porque otra joven de la iglesia había confesado a su madre que poco antes de la desaparición, Durrant la había engañado para que fuera a la biblioteca de la iglesia, y poco después él entró desnudo en la habitación por lo que ella salió corriendo.
Probablemente fue asesinada en la biblioteca y arrastrada por los pies por la escalera, porque luego se encontraron algunos cabellos largos enganchados en los escalones gastados de madera.
[8][9][2] Los criminólogos modernos creen que de no haber sido detenido se habría convertido en un asesino en serie, porque si un psicópata llega a matar, lo seguirá haciendo hasta ser descubierto o detenido por algún motivo.
Aunque el caso del "Demonio del Campanario" será luego menos conocido que el de otros contemporáneos como H H Holmes o Joseph Vacher, veinte años después de su ejecución, Durrant resurgió como evidencia coyuntural en una denuncia por calumnia presentada por su hermana, Maud Allan.
Al final, Billing ganó el proceso, dañando permanentemente la reputación de la demandante.