H. H. Holmes

Herman Webster Mudgett nació en Gilmanton, Nuevo Hampshire,[1]​ tercero de los cinco hijos del matrimonio formado por Levi Horton Mudgett, un padre alcohólico y abusivo, y de Theodate Page Price, una madre puritana metodista.

Muy pronto manifestó odio hacia las mujeres, especialmente aquellas con fortuna, un interés poco corriente que lo enmarcaría como un Don Juan del crimen.

Un montacargas y dos "toboganes" servían para hacer bajar los cadáveres a una bodega donde según los casos, eran disueltos en una cubeta de ácido sulfúrico, reducidos a polvo por incineración, o hundidos vivos en una cuba llena de cal.

Durante los seis meses que duró, la fábrica de matar del Dr. Holmes no se desocupó.

El verdugo escogía a sus "clientas" con precaución, tenían que ser ricas, jóvenes, guapas, estar solas, y para evitar las visitas inoportunas de amigos o familiares, su domicilio tenía que estar situado en un estado lo más alejado posible de Chicago.

Liberado bajo fianza, volvió a salir unos meses después no sin haber puesto en pie una nueva operación criminal.

Sin embargo, un antiguo compañero de celda, Marion Hedgepeth, le denunció, y la policía realizó una investigación.

Una vez detenido el criminal, la policía registró el hotel, y se descubrió que éste había sido utilizado como lugar de tormento y sala de ejecuciones.

El acusado confesó haber matado a personas que en ese momento seguían vivas, burlándose de la justicia.

"Holmes Castle".