Karl Marx elogió sus aportaciones al comunismo en La Sagrada Familia.
Sin embargo, «no ejerció una influencia duradera sobre el mundo obrero francés; quizás la causa esté en que quiso trasladar a la sociedad industrial del XIX el materialismo ilustrado, y en que propuso medidas revolucionarias sin analizar el problema, táctico y estratégico, de cómo ponerlas en marcha».
[3] Para alcanzar estos principios Dézamy no ve otra alternativa que el «comunismo» —la comunidad de bienes, de trabajo y de educación— pero rechaza el comunismo de Cabet porque para construirlo éste quiere contar con la burguesía: «Es un error capital… El pueblo no debe volverse burguesía, sino que la burguesía debe convertirse en pueblo.
Los principios, el sistema pueden reemplazar a los hombres, ¿qué digo?, son los que engendran todas las capacidades deseables, pero los hombres nada pueden sin los principios, sin los sistemas».
También se muestra contrario al socialismo cristiano de Lamennais.