[2] Al final de la Primera Guerra Mundial el orden político húngaro sufrió un vuelco radical.Estas zonas fueron cedidas a los países vecinos: Serbia, Checoslovaquia, Rumanía y Austria.[6] comenzando el llamado terror blanco que condujo al exterminio de pueblos y poblaciones enteras.Estas unidades, conocidas como la "Guardia Blanca", llevaron a cabo una campaña masiva de asesinatos, torturas y humillaciones.Entre los oficiales que se alistaron en la fuerza formada por Horthy se encontraban algunos ultranacionalistas que pronto comenzaron una campaña de venganza contra los comunistas, sus partidarios y cualquiera sospechoso de serlo a sus ojos.Las nacionalizaciones fueron inmediatamente anuladas, muchos comunistas fueron encarcelados y se desató un terror blanco que causó no menos de cinco mil víctimas.[2] Estas unidades conocidas popularmente como «Guardia Blanca», desarrollaron una campaña de terror, incluyendo torturas y asesinatos.[10][11] Aunque compartieron algunas características con las bandas que aplicaron el «terror rojo», las contrarrevolucionarias resultaron más crueles —por el uso de las mutilaciones o la violencia y asesinato de mujeres— y causaron más víctimas que aquellas.[18] Al comienzo una compañía, más tarde se aumentó hasta convertirse en un batallón.[18] Otros destacados militares de la reacción fueron: Gyula Ostenberg, Anton Lehar y Ivan Hejjas.[19] Aunque estos destacamentos eran teóricamente parte del Ejército Nacional, en la práctica funcionaban con gran autonomía y se debían principalmente a su caudillo.Seleccionó sus objetivos entre los comunistas, los socialdemócratas (el segundo partido político marxista de Hungría), los campesinos y los judíos.[28] En parte su actitud se basaba en un desprecio de clase: numerosos abusos los cometieron contra campesinos pobres u obreros.[20] Las unidades, sin embargo, compartían su respaldo a Horthy y al Ejército Nacional frente a sus rivales socialcristianos, que representaban la alternativa derechista más tradicional y que controlaron los Gobiernos tras la caída de la república soviética.[43][44] Durante el fallido segundo intento de Carlos, las unidades legitimistas habían quedado desbandadas.[46] Dirimida la cuestión legitimista, eliminado el peligro comunista y contraria su existencia a los objetivos revisionistas que requerían del apoyo de las potencias occidentales —hostiles a los desmanes de los grupos paramilitares—, las autoridades conservadoras disolvieron finalmente las unidades paramilitares.[18] El terror blanco también afecto a los intelectuales, dejando una marcada pérdida en la cultura Húngara, que afecto a la literatura y la vida literaria, con el encarcelamiento, el exilio o la ejecución de muchos de los escritores e intelectuales ampliamente reconocidos.El miedo al terror blanco tuvo un gran impacto en la situación cultural y científica del país.Así, en el cine, el exilio lleva a personalidades a abandonar Hungría: Paul Fejos , Béla Lugosi , Mihály Kertész que se convierte en Michael Curtiz en Hollywood y Sándor Korda se convirtió en Alexander Korda, quien trae a la pantalla, en 1931 , el éxito de Marcel Pagnol Marius, entonces Sir Alexander Korda, primer productor de cine en ser nombrado noble en Gran Bretaña.