Entendidas en su sentido actual, las teorías del desarrollo pretenden identificar las condiciones socioeconómicas y las estructuras económicas necesarias para hallar una senda de desarrollo humano y el crecimiento económico sostenido (productivo o no).
Tras la Segunda Guerra Mundial, los autores liberales presagiaron que los países tercermundistas seguirían el camino al desarrollo a través del capitalismo, mediante diferentes etapas.
Sin embargo, esta postura considera que el desarrollo se logra por un capitalismo similar al usado por países ricos.
Según esta opinión, los países subdesarrollados, aunque realicen reformas tanto internas como en el comercio mundial, jamás llegarán al desarrollo, ya que los países que ya se han desarrollado se lo impiden porque no les es conveniente.
Los autores socialistas terminaron por usar esta teoría como argumento de la imposibilidad estructural del capitalismo mundial.
Generando así un mercado interno en beneficio del centro y en parte a coste de la periferia.
Esta postura critica, más que la vía, al objetivo: ¿que tipo de desarrollo se desea?
Solo a partir de eso, en la relación con nuestro entorno y con quienes nos rodean, se inician cambios en la sociedad.