Así, Friedrich von Wieser[7] identificó un defecto en la teoría de la imputación expuesta por su maestro, Carl Menger: la sobrevaloración puede ocurrir si uno se enfrenta a economías donde los beneficios saltan (máximos y mínimos en su función de utilidad, donde su primera derivada es igual a 0).
Este valor se determina en el margen, la utilidad marginal de la última unidad del bien menos valioso producido por el factor.
Eso es lo opuesto a la teoría del valor-trabajo, sostenida por economistas clásicos como Adam Smith y David Ricardo.
[8] La teoría de la imputación era importante porque abordaba la cuestión del valor económico.
Economistas marginalistas como Menger y Frank Fetter de la Escuela Austriaca sostenían que el valor no estaba compuesto por los factores que componían un bien; en cambio, se componía del uso más valioso que se le podía dar a la última unidad del bien, la utilidad marginal del bien terminado.