Desde hacía algún tiempo el colono chileno Domingo Sepúlveda venía denunciando las hostilidades de gendarmes argentinos.
Trámite al que, en apariencia, el ciudadano chileno se resistía y por eso hablaba de "gendarmes hostiles".
El teniente Merino, al corresponderle hacer soberanía en la zona de Laguna del Desierto y al percatarse que la zona era reclamada por Argentina, le escribió al mayor Torres: "Mantendré la situación hasta donde sea posible, evitando todo incidente, siempre y cuando no traten de tomarnos detenidos, caso en el cual mantendré la soberanía aunque me queme”.
[2] Los gendarmes argentinos comenzaron a acercarse hacia el mayor Torres, quien intentaba parlamentar con ellos.
Los gendarmes argentinos, numéricamente superiores,[7] comenzaron a apuntar, y el teniente Merino, al advertir la delicada situación, corrió hacia su superior, sujetando su fusil para disuadir a los gendarmes que lo emboscaban, diciendo "Yo lo apoyo, mi mayor".
El mayor Torres habría señalado a los gendarmes que podían salir, ya que los chilenos no pensaban disparar, sin embargo, la aparición de Merino fue considerado un gesto ofensivo por los gendarmes argentinos, quienes abrieron fuego.
[cita requerida] Los oficiales chilenos serían tomados presos, hasta el 8 de noviembre, fecha en la cual fueron liberados.