En 1892, Julio Jiménez Abal, prefecto del Cusco, denunció a Orihuela ante el juzgado del doctor Agustín Quintanilla por cuanto éste le había imputado defraudación de fondos públicos mediante el periódico "La Libertad".
[1] Fue elegido senador por el departamento del Cusco en 1901 hasta 1909 durante los mandatos de los presidentes Eduardo López de Romaña, José Pardo y Barreda y Augusto B. Leguía durante la República Aristocrática.
[2][3][4][5][6][7][8][9][10] En su gestión se generó la discusión sobre la construcción del ferrocarril que uniría el Cusco con Puno y Arequipa.
Orihuela, junto con el también senador Teófilo Luna defendían la opción de que la línea férrea no entre a la ciudad sino que siguiera el curso del río Urubamba desde la localidad denominada Huambutío y continue su trayecto hasta el Valle Sagrado de los Incas y la provincia de La Convención donde ambos tenían haciendas.
La presión popular logró que dicha propuesta fuera dejada de lado y que la línea férrea ingrese a la ciudad y no deje aislada a la ciudad del Cusco.