Teatro aristotélico

En el siglo XX, con la experiencia emancipadora del marxismo y la explosión de la cuestión social, el arte tuvo un protagonismo político que ya no se limitó a la ironía o la crítica intelectual sino que derechamente se emplazó a elegir entre la adhesión (praxis) o la no conciencia social por elección u omisión.

El teatro político había crecido considerablemente tanto a través del romanticismo (Alemania, por ejemplo) o el realismo (Rusia) pero aún no encontraba su maduración.

También el teatro se comienza a tecnificar (preocupación por la utilería, retornos, etc) lo que permitía una mejor puesta en escena y una mayor calidad en la representación.

La profesionalización (aparición del teatro universitario) también ayuda técnicamente a una representación de mayor calidad.

La crisis moral que comenzaba a enfrentar la sociedad moderna en los años 60 (cuestionamiento al rol de las instituciones sociales y la explosión del existencialismo) no escapó al teatro aristotélico que manifestó un grado de crítica mayor, incluso en el teatro norteamericano.