Antes de construirse los puentes, el estuario debía cruzarse en bote o ferry Los planes para su construcción datan desde 1854.
El puente original fue diseñado por el famoso ingeniero de ferrocarriles Thomas Bouch, que fue condecorado al acabar la obra.
Años más tarde, sin embargo, Gustave Eiffel utilizaría diseños similares para construir diversos viaductos en el Macizo Central.
Bouch tuvo que rediseñar los pilares, insertándolos profundamente en el lecho del río, intentando así compensar la falta de una sujeción mayor.
[3] Los investigadores del suceso hallaron abundantes errores de diseño, malos materiales y diversos procesos que contribuyeron a su hundimiento.
La sección central del puente, en la que los trenes circulaban por las vías superiores, en vez de apoyarse en las inferiores (para así permitir un gálibo más alto y no interrumpir el tráfico fluvial), era demasiado pesada, y por lo tanto muy vulnerable con fuertes vientos.
Se cree que, durante la tormenta, estos apoyos fallaron, desestabilizando toda la parte central del puente.
Todo ello fue sin embargo ignorado por los dueños del puente, la North British Railway.
A causa de esto, el diseño del Forth Bridge, que le había sido adjudicado, se detuvo para ser cuidadosamente revisado; finalmente se le adjuficó a William Arrol, quien utilizó diseños de Benjamin Baker y John Fowler.
Hatter's Castle, una novela del escritor escocés A. J. Cronin publicada en 1931, incluye una escena sobre el desastre, que también aparece en la versión cinematográfica.