[4] Bruguera dejó Cuba en el 2021 después de hacer un trato con el gobierno para liberar a activistas encarcelados ese año.
[10] "Memoria de la Postguerra" fue un performance totalmente financiado por ella misma, en donde problemas culturales fueron unidos con el debate político que existía en ese momento en la isla.
Bruguera quería resaltar posiciones y apoyar tendencias que eran contrarias al gobierno, para esto decidió conectar dos generaciones de intelectuales en Cuba, que aunque estaban separados por muy pocos años, debían tomar decisiones bastante diferentes.
"[13] Además, este mismo año fue elegida como miembro Guggenheim y en 2000 recibió el premio Príncipe Claus.
Esta obra recuerda a los visitantes del museo que la jerarquía y sus descontentos están presentes en todos los aspectos de nuestra vida.
Luego, Bruguera le dio un contexto específico al llevarlo a Cuba, bajo el título El Susurro de Tatlin #6 (Versión Habana).
Empezó viviendo con una familia de cinco inmigrantes ilegales y sus hijos en un departamento en Corona, Queens, para experimentar los problemas que encuentran al tratar de sobrevivir con sueldos bajos y sin seguro social.
Este proyecto, patrocinado por el Queens Museum of Art y la organización sin fines de lucro Creative Time, involucró un espacio en Nueva York que ofrecía talleres para inmigrantes, descubriendo que la mayoría de la gente que llegaba solicitaba clases de inglés o ayuda para encontrar trabajo o con temas legales.
En 2013, inició el proyecto Museo de Arte Útil en colaboración con el Queens Museum of Art y el Van Abbemuseum en Eindhoven.
La misión del instituto es crear una plataforma institucional en la cual los cubanos puedan informarse sobre sus derechos civiles, promuevan discusiones críticas e informadas y formen parte de un espacio alternativo donde personas con diferentes posiciones políticas puedan trabajar juntos para construir un ambiente democrático.
[20] Sus provocativas presentaciones le han valido duras críticas, incluso ha sido acusada de promover "resistencia y desorden público".
[21] En diciembre de 2014 fue detenida ficticiamente en Cuba para evitar que llevase a cabo sus performances,[22][23] pero sus acciones también le han valido importantes reconocimientos internacionales, como la Beca Guggenheim, el Meadows Prize (Dallas, Estados Unidos)[24] y el Premio Príncipe Claus, entre otros.