Alcarraza

Históricamente, se ha documentado el uso de recipientes con morfología y propiedades similares en el Antiguo Egipto, introduciéndose en Europa con la expansión musulmana a partir del año 700.

[3]​ En Andalucía, en especial en Sevilla (cuya tradición reflejaron Velázquez, Zurbarán o Murillo), a las alcarrazas también se las llama tallas.

Son piezas finas, vidriadas de blanco, de base estrecha y boca ancha, con dos asas y los típicos pellizcos o "repulgos" decorando su cuerpo.

También Antonio Ponz en su Viaje de España,[4]​ a su paso por Andujar anota la fabricación de alcarrazas y su exportación "a Madrid y otras mil partes".

Según las zonas, la talla puede ser sustituida por un bernegal, o tomar su nombre.

La jarra cubierta por una taza a modo de tapa es una alcarraza o "talla de blanco Triana", que el sevillano Diego Velázquez pintó un su cuadro juvenil El aguador de Sevilla .
Siguiendo recursos culturales de origen púnico y técnicas conservadas en pleno siglo XXI en el Magreb norteafricano, las sociedades rurales canarias han utilizado hasta el tercer cuarto del siglo XX las mismas técnicas primitivas para la destilación del agua de lluvia. El agua de la pila superior o piedra de destilar porosa se filtra y cae en la talla que una vez llena se tapa con un plato, sobre el que se coloca un vaso, taza o jarrito para servir y beber el agua destilada.