Taihō (1944)
fue un portaaviones de la Armada Imperial Japonesa durante la Segunda Guerra Mundial.En el resto de los portaaviones japoneses, la cubierta estaba parcialmente suspendida a proa y popa sobre el casco.Las ocho calderas Kampon RO-GO alimentadas con aceite del Taihō eran capaces de generar 160 000 shp (120 000 kW).La principal característica distintiva de este portaaviones era su cubierta totalmente blindada, que posteriormente se aplicaría también en el Shinano.Los montajes triples funcionaban con energía eléctrica (aunque era posible la operación manual) y normalmente requerían una tripulación de nueve.Además, había 25 cañones con pedestal portátiles del tipo 96 que se podían disponer en la cubierta de vuelo despejada.Su sacrificio sirvió para advertir de los torpedos que se dirigían contra el portaaviones, pero demasiado tarde para evitarlos todos.Cuando se estaba realizando la evacuación del barco, una nueva fuerte explosión se produjo, provocando que empezara a hundirse equilibrado por la popa y llevándolo al fondo del mar junto a tres cuartas partes de su dotación (aprox, 660 hombres).