Los principales peligros para las personas incluyen daño a los ojos, la piel y el tejido debajo de la piel; la inhalación o ingestión de una sustancia corrosiva puede dañar las vías respiratorias y conductos gastrointestinales.
El término "ácido" se utiliza a menudo de forma imprecisa para todos los agentes corrosivos.
La corrosión de las superficies que no son tejidos vivos tales como los metales es un proceso distinto.
Por ejemplo, una celda electroquímica de agua/aire corroe el hierro y tiende a oxidarlo.
Los agentes oxidantes fuertes, tales como peróxido de hidrógeno concentrado, también puede ser corrosivos para los tejidos y otros materiales, incluso cuando el pH es cercano a la neutralidad.
Nota: Esta clasificación coincide esencialmente con la correspondiente a la clase 8 del Acuerdo europeo sobre el transporte internacional de mercancías peligrosas por carretera (ADR).