Los halógenos (del griego: formador de sales) son los elementos químicos que forman el grupo 17 o grupo VII (utilizado anteriormente) de la tabla periódica: flúor (F), cloro (Cl), bromo (Br), yodo (I), astato (At) y teneso (Ts).
Este último también está en los metales del bloque p. En estado natural se encuentran como moléculas diatómicas químicamente activas [X2].
Para llenar por completo su último nivel energético (s2p5) necesitan un electrón más, por lo que tienen tendencia a formar un ion mononegativo, X-.
Los cuatro primeros elementos del grupo reaccionan con facilidad con los hidrocarburos, obteniéndose los halogenuros de alquilo.
El I2 es un sólido cristalino, de color negro y brillante, que sublima fácilmente dando un vapor violeta muy denso, venenoso, con un olor picante como el del cloro.
Como es esperable, los puntos de fusión y ebullición aumentan con el número atómico.
[1] Los halógenos son altamente reactivos, por lo que pueden ser dañinos para organismos biológicos en suficientes cantidades.
Debido a sus fuerzas intermoleculares relativamente débiles el cloro y el fluór forman parte del grupo de «gases elementales».
Todos los haluros de hidrógeno, HX, son gases a 298K y tienen un olor ácido intenso.
Los tricloruros metálicos son cristalográficamente más complejos que los difluoruros, pero normalmente se presentan en estructuras tridimensionales simétricas y muchos contienen centros metálicos octaédricos (a veces distorsionados).
Su fórmula general es XYn, donde n = 1, 3, 5 o 7, y X es el halógeno menos electronegativo.
[8] Los interhalógenos de la forma XY tiene propiedades físicas intermedias entre los dos halógenos que los componen.
El halógeno menos electronegativo, X, está siendo oxidado y tiene una carga parcial positiva.
Aunque se piensa que la síntesis del compuesto es posible, puede requerir un solvente líquido de fluór.
Entre ellos destacan los hidrocarburos fluorados, como el anticongelante freón y la resina teflón, lubricante de notables propiedades mecánicas.
El cloro encuentra su principal aplicación como agente de blanqueo en las industrias papelera y textil.
Sus iones son mayormente no tóxicos, pero pueden llegar a causar muerte al ser ingeridos en grandes cantidades.