El supino (en latín: supinum) es una forma no personal del verbo latino (la cuarta junto al infinitivo, gerundio y participio), que conserva los casos acusativo, dativo y ablativo.
Obtuvo este nombre (supinus en latín significa perezoso, indiferente) por su vaguedad o inutilidad ya que casi todas las oraciones construidas con él frecuentemente tienen otras formas de decirse, por ejemplo: discedo lecturus, discedo ad legendum, discedo ut legam, discedo lectum, de las cuales la última utiliza el supino y todas significan 'me retiro a leer'.
El supino realmente es un infinitivo de fin, esto es, expresa la acción del verbo como fin u objeto.
Su acusativo, que es su forma principal, coincide con la neutra del participio pasivo terminado en -um, mientras el dativo/ablativo es la variante sin la -m final, dando un significado de relación o respecto de la acción.
En español y otras lenguas romances (a excepción del rumano) no existe esa forma verbal, sino que se expresa mediante construcciones analíticas (véase los ejemplos antes mencionados).