Sultanato de Delhi

El sultanato se hizo notar por ser de los pocos estados que derrotaron repetidamente al Imperio mongol.

La fusión resultante de las culturas indo-musulmanas dejó duraderos monumentos sincréticos en arquitectura, música, literatura, religión y vestido.

[3]​ Aibak comenzó las construcción del Qutab Minar, la cual fue completada por Iltutmish, su yerno y sucesor.

El sucesor legítimo de Aibak era su hijo Aramshah, pero los nobles prefirieron a Iltutmish.

Iltutmish fue quien expandió el imperio, regresó la capital a Delhi y estableció un ejército sumamente organizado.

Su supuesta relación con su asesor, Jamal-ud-Din Yaqut, dio a los nobles la excusa para rebelarse.

Los khaljis también concedieron importantes puestos a los musulmanes indios, revirtiendo así la política impuesta por Balban.

La dinastía tuvo sus altibajos provocados por las rebeliones y campañas en contra de los rajputs y los mongoles; sin embargo, sus cimientos habían sido sólidamente construidos por Balban, por lo que los khaljis sólo tuvieron que reforzarlos, defendiéndose con mayor firmeza.

Durante su gobierno, su sobrino Ala-ud-din realizó una incursión al oriente de la India y el Decán.

Durante este período, muchas partes de la India, como los estados del sur, se hicieron independientes.

Ghiyath al-Din Tughlaq, un eficiente comandante militar, fue el primer gobernante de la dinastía.

Ghiyath al-Din Tughluq fue sucedido por Jauna Khan, que tomó el título de Muhammad bin Tughlaq, convirtiéndose en sultán en 1325.

Además, aumentó los impuestos que ya gravaban al Doab, la fértil región entre los ríos Jamuna y Ganges.

[8]​ A la muerte de Muhammad bin Tughlaq en 1351, su primo Firuz Shah ascendió al poder.

No hubo conflictos políticos importantes pues la nobleza gozó de una posición privilegiada.

Las campañas militares no fueron tan exitosas, con sólo algunos triunfos menores en las zonas cercanas a la capital.

La paz duró poco tiempo, pues en 1394 se desató de nuevo una disputa por el trono.

A partir de ese momento se volvió una potencial regional más en el panorama político del subcontinente.

El Sultanato perdió su poder e influencia al interior y con los otros estados de la península.

Entre ellos se encontraba Bahlul Lodi, quien ocupó el Panyab y tomó Dehli, entrando a la ciudad en 1451.

El gobierno Lodi fue un periodo de recuperación y crecimiento, ya que se reconquistaron algunos territorios del sur.

Este buscó consolidar su posición e imponerse sobre los nobles afganos, quienes habían alcanzado mucho poder.

Era la autoridad judicial suprema, sujeta solamente a los principios de la sharia, la ley sagrada del Islam.

El ejército regular estaba formado por la guardia personal del sultán, pagados en efectivo o con la concesión de pequeños iqtas.

Éstos eran leales al sultán, pero eran propensos a la rebelión y en muchas ocasiones su lealtad se inclinó hacia el muqti.

[16]​ La entrada de nuevos grupos religiosos con predominio político en la región transformó las relaciones a nivel burocrático y social.

Debido al origen diverso de los distintos grupos del Sultanato, este se distinguió por su carácter heterogéneo.

El contacto e influencia mutua también se reflejó en las artes pictóricas, musicales y arquitectónicas.

Todos estos productos culturales surgen de una interacción e intercambios constantes entre distintos grupos étnicos y religiosos.

De las doce escuelas existentes, cuatro fueron las más extendidas en la península: la Chishti, la Suhrawardiya, la Qadiriya y la Naqshbandiya.

Sultanato de Delhi durante la invasión de Babur
Sultanato de Delhi bajo la dinastía Tughlaq: Extensión a comienzos de la dinastía (1320) Extensión en 1330