es una tradición marcial o escuela antigua (koryū) de combate con armas japonesas.
Cuando tenía 18 años, combatió en un duelo amistoso con un amigo de su padre, el samurai Sakurai Gorōemon Naomitsu.
Yoichizaemon no se contentó con desarrollar solo el lado físico de su arte marcial durante este tiempo.
Continuó entrenando en prácticas ascéticas, y meditaba todas las noches, incluso haciendo largos retiros a lugares sagrados apartados en lo profundo de las montañas.
Su hijo, Mima Yohachirō Kagenaga, se convirtió en el sucesor de Suiō-ryū.
Cabe señalar que la licencia Inka se otorga solo al sucesor de la tradición y no es accesible a otros.
Estas licencias actúan como un reconocimiento del sōke de que el practicante ha demostrado una progresión física y mental en la tradición.