Esta villa se caracterizó por la pobreza en que vivían sus habitantes, debido a que no sabían cultivar la tierra, por haberse dedicado fundamentalmente al pastoreo.
Estos pobladores tardaron un año en caravana, debido a que se les había ordenado fundar una villa a orillas del río Nueces, donde permanecieron un tiempo y murieron algunos, entre ellos, Pedro González.
Una vez establecida Soto la Marina, Juan José Vázquez Borrego, hijo del hacendado de Dolores, fue nombrado capitán.
A la misión de la Villa se le denominó el infesto, que significa enhiesto, elevado; o terreno que está al pie de una altura; esta misión se fundó teniendo como patrona a la purísima Concepción y como administrador al padre Buenaventura Ruíz Esparza.
La ciudad sería recuperada dos meses después por los realistas tras su victoria en el posterior sitio de Soto la Marina.