La monja concepcionista Sor Juana de Maldonado y Paz gozó de fama como poetisa a principios del siglo xvii, según dice el fraile y viajero inglés Thomas Gage (1597-1656).
Sor Juana de la Concepción tuvo una gran reputación en su época como música, poetisa y polemista brillante.
(1602-1656), que aparecieron en la obra Thomas Gage’s travels in the New World, de Eric S. Thompson, publicada en 1958.
[5] En 1615, el canónigo de la Catedral y representante del Santo Oficio en Guatemala -Rodrigo de Villegas- los denunció por sacrilegio ante Felipe Ruiz del Corral, el comisario de la Inquisición española en México, pues doña Juana no era hija legítima del Oidor y no era correcto que fuera representada como una santa.
Esto le permitiría también dedicarse de lleno a las actividades artísticas e intelectuales.
Por estos motivos el escritor guatemalteco Máximo Soto Hall, en la biografía de Sor Juana que publicó en Chile en 1938, la llamó «La Divina Reclusa».
[13] Sor Juana de Maldonado en ese período pasó penurias económicas; no podía pagar la dote al convento y no tenía dinero para pagar las velas de su habitación y la sacristía.
[5] Ahora bien, la jerarquía del convento estaba constituida por una abadesa, una vicaria y cuatro monjas definidoras[14] y existe un documento que demuestra que Maldonado y Paz fue definidora en la primera parte del siglo xvii; pero en cuento a la designación de abadesa por un obispo que la admiraba, no existe información fidedigna al respecto.
A principios de 1665, antes de ser nombrada abadesa, Sor Juana se encontraba enferma y solicitó permiso para vender una esclava que le pertenecía para poder costear algunos gastos que tenía.
[19] En 1930 Miguel Díaz reportó que Sor Juana había muerto a los cuarenta años de edad, debido a la tristeza que le habría provocado una desilusión amorosa;[20] y en 1949, López Mayorical corroboró esta información.[21].
Después la obra fue cortada en varias partes por desconocidos, y vendida por fracciones a coleccionistas extranjeros.
[30] Otros dos historiadores guatemaltecos, Ricardo Toledo Palomo y Mariano López Mayorical, sacaron a la luz documentos del siglo xvii que demostraron su existencia y presentaron escritos atribuidos a la monja concepcionista;[31][Nota 8] entre las obras que Mayorical atribuyó a la monja concepcionista se encuentran los poemas:[32] Sor Juana de Maldonado ha sido convertida en personaje de obras literarias, entre ellas las novelas La divina reclusa, de Máximo Soto Hall -1938-[12] y Los Nazarenos de José Milla y Vidaurre -1867-.