En ingeniería química, un soporte catalítico es el material, normalmente sólido y de gran área superficial, en el que se coloca un catalizador.
[1] La actividad de catalizadores heterogéneos es promovida principalmente por átomos presentes en la superficie accesible del material.
Los soportes más comunes suelen ser varios tipos de carbono, alúmina y sílice.
Alternativamente, los soportes se pueden preparar a partir de una solución homogénea mediante coprecipitación.
[6] Esta estrategia podría afectar negativamente a la actividad del catalizador, por lo que se requiere un equilibrio entre la eficiencia y el rendimiento.
Esta diferencia se atribuye a la influencia electrónica del titanio en el platino, también llamado fuerte interacción metal-soporte.
Sin embargo, la técnica no ha demostrado ser comercialmente viable, generalmente porque los complejos metálicos de transición heterogeneizados son filtrados o desactivados por el soporte.