Sonata para violonchelo n.º 5 (Beethoven)

Hacía poco que el instrumento había empezado a liberarse de su tradicional papel como bajo continuo.

[4]​ La primera edición de ambas obras fue llevada a cabo por el editor Nikolaus Simrock en 1816 en Bonn.

En febrero de 1816 una copia "buena" fue entregada a Charles Neate para su publicación en Londres, aunque finalmente no se materializó.

De hecho, Beethoven vivió con ella y su marido, el conde Peter Erdödy, durante un tiempo en 1808.

Tras abandonar Viena en 1815 la aristócreta siguió manteniendo correspondencia con Beethoven, y recibió también la dedicatoria de los Tríos para piano Op.

Como el palacio del conde Andréi Razumovski había sufrido un incendio a principios de año, su violonchelista residente, Joseph Linke, también pasó el verano en Jedlersee con la familia Erdödy.

Se trata de la última obra escrita por el compositor para instrumento solista y piano.

A excepción de las Suites para violonchelo solo de Johann Sebastian Bach, esta sonata está considerada como la obra mayor para violonchelo más exigente técnica y espiritualmente anterior al siglo XX.

[3]​ El segundo movimiento, Adagio con molto sentimiento d'affetto, está escrito en re menor, en compás de 2/4 y sigue la forma sonata.

Esto es especialmente evidente en el gran salto descendente de si natural a do sostenido.

El retorno de los temas del movimiento inicial en el Finale parece funcionar más como reminiscencia que como recapitulación.

Por ejemplo, Adolf Bernhard Marx escribió en el Allgemeine musikalische Zeitung en 1824 sobre el final de la Sonata Op.

102 n.º 2: "Le sigue una fuga artificialmente trabajada durante seis páginas, a la que el rec.

102 son consideradas en la actualidad piezas imprescindibles en el repertorio básico de obras para violonchelo y piano.

Beethoven en 1814.
Anna Maria Erdödy, dedicataria del Op. 102, en una placa conmemorativa en Jedlersee.