Sofía del Reino Unido

Durante su juventud, Sofía fue más allegada a su padre, quien prefería a las hijas sobre los hijos, así como por el hecho de que tanto ella como sus hermanas tenían miedo de su propia madre.

Las princesas fueron bien educadas, aunque criadas en una casa de carácter extremadamente rígido.

A través de una norma adoptada por el parlamento, se estableció que Sofía y sus hermanas mayores recibirían unos ingresos anuales de 6000 libras tanto si se casaban como tras la muerte del rey.

[15]​ Por otra parte, la reina Carlota era temida por sus hijas y, según el historiador real A. W. Purdue, no era una «madre benévola».

[18]​ Tal como le había pasado durante su infancia, Sofía continuó siendo muy considerada con su padre, aunque a veces la exasperara.

Escribió que «el querido rey es siempre amable conmigo y no hay palabras para describir cómo se lo agradezco».

[20]​ El rey afirmó: «No puedo negar que siempre he deseado que ninguna de ellas se casara: me siento feliz en su compañía y no deseo ni la más mínima separación».

[21]​ El rey había sufrido su primer ataque de locura ese mismo año, cuando Sofía tenía 11 años.

El asunto del matrimonio aparecía muy raramente y la reina Carlota temía hablar de ello, pues era un tema que siempre preocupaba al rey, y la conversación le llevaba a padecer nuevos ataques de locura.

[27]​ En una ocasión, Sofía escribió que pasaba «un aburrimiento de muerte (...) ojalá tuviera un canguro».

[22]​ La princesa Carlota fue la única hija del rey que se pudo casar cuando era relativamente joven.

Las otras tenían sus pretendientes, pero la reina les impedía que se acercaran a sus hijas.

La mayoría de las hermanas querían tener marido e hijos y muchas veces pedían ayuda a su hermano Jorge, al que se sentían muy unidas, para que les encontrara marido, les ayudara a casarse con sus amantes o para que les diera permiso para vivir fuera de la casa de la madre.

No se sabe si esos rumores tenían alguna base o si fueron inventados por los enemigos políticos de Ernesto Augusto.

Thomas tenía una gran señal de nacimiento morada en la cara, lo que llevó a María, hermana de Sofía, a llamarlo «la luz morada del amor»;[10]​ por su parte, el cortesano Charles Greville lo llamaba «viejo diablo horrendo».

[35]​ Greville escribió en su diario: «Las mujeres se enamoran por cualquier cosa -y la oportunidad y la casualidad de las pasiones son más importantes que cualquier mérito de la mente o del cuerpo (...) [las princesas] habían sido escondidas al mundo, habían convivido con pocas personas.

[38]​ Sin embargo, Allison Weir y otros hablan de un posible matrimonio entre Sofía y Garth que se habría celebrado el mismo año que su hijo nació,[23]​[41]​ aunque no existen pruebas de tal suceso excepto por el anillo de compromiso que Sofía parece usar en un retrato ya en su vejez.

[10]​ Sofía heredó el palacio Royal Lodge, pero prefirió regalárselo a su hermano Jorge.

[10]​ Por ello, la princesa Sofía se convirtió en una de las pocas parientes del lado paterno que Victoria veía con frecuencia.

[38]​ Sofía le contaba también a Conroy las conversaciones que oía en el palacio de St.

[47]​ Sofía cenaba frecuentemente con las personas que vivían en el palacio, pero la duquesa de Kent la odiaba.

[46]​ La princesa Victoria sabía que su tía era una espía y las dos nunca tuvieron una relación muy cercana.

Sofía (der.) con sus hermanas María y Amalia en un óleo de John Singleton Copley .
La princesa Sofía con su hermana mayor María hacia 1778.
La princesa Sofía por Richard Cosway.
Sofía por Thomas Lawrence .
Sofía por John Linnell.