Sofía de Sajonia-Weimar-Eisenach (1911-1988)

Sofía se vio envuelta en un pequeño escándalo diplomático cuando comenzaron los preparativos de la boda holandesa.[3]​[6]​ El disgusto alemán también incluía el himno nacional; Guillermina y el gobierno holandés no vieron la necesidad de interpretarlo en la boda, ya que Bernardo era ahora ciudadano holandés, y ya no tenía ciudadanía alemana.[3]​ Aunque el ministro holandés en Berlín pidió disculpas por uno de los incidentes que involucraban la bandera nazi (que había sido tomada de una escuela alemana en La Haya), el gobierno nazi consideró estas afirmaciones "insuficientes".[4]​[5]​ Los pasaportes no fueron librados hasta que el príncipe Bernardo envió una carta personal al canciller alemán Adolf Hitler.[3]​ Aunque los pasaportes fueron liberados, Sofía por razones desconocidas revocó la aceptación y afirmó que no podía asistir a la boda en el último momento.