Sitio de Siracusa (877-878)

Los defensores y gran parte de la población fueron masacrados, mientras que otros, incluido Teodosio, fueron hechos prisioneros.

La guerra a pequeña escala con los bizantinos continuó sin que ningún bando obtuviera una ventaja decisiva hasta la llegada del depuesto emir aglabí Ibrahim II, que en el año 902 reunió a los musulmanes sicilianos y capturó Taormina, completando de hecho la conquista musulmana de Sicilia, aunque algunas fortalezas permanecieron en manos bizantinas hasta el año 965.

Los aglabíes intentaron tomar la ciudad poco después de su desembarco inicial en la isla en el 827-828, pero no lo consiguieron.

[1]​ Durante este período emprendieron repetidos esfuerzos para capturar la capital de la provincia bizantina, en 868, 869 y 873, pero también fracasaron.

Nombró un nuevo gobernador para la isla, Ja'far ibn Muhammad, y envió una flota desde Ifriqiya para ayudar a las tropas locales sicilianas.

[4]​[6]​ La resistencia de la ciudad fue dirigida por un patricio sin nombre, mientras que los árabes fueron dirigidos inicialmente por Ja'far, hasta que éste regresó a Palermo y dejó la dirección del asedio a su hijo, Abu Ishaq.

Los defensores se habían retirado a las murallas para descansar y desayunar, dejando una pequeña guardia para mantener la brecha bajo el mando de un tal Juan Patrianos, cuando los árabes lanzaron un ataque repentino, disparando todas sus máquinas de asedio a la vez y cargando contra la brecha.

Un destacamento que intentó bloquear el camino cerca de la iglesia del Salvador también fue aniquilado; Teodosio escribe que los árabes entraron en la iglesia, donde gran parte de la población se había refugiado, y los masacraron a todos.

El comandante árabe, Abu Ishaq, hizo ejecutar al patrikios al mando una semana después, mientras que los setenta hombres que quedaban con él, junto con otros prisioneros, fueron supuestamente sacados de la ciudad y golpeados hasta la muerte con piedras y palos.

Según Ibn al-Athir, los árabes permanecieron allí unos dos meses después del saqueo, antes de regresar a su base, dejando la ciudad en ruinas.

La guerra continuó durante la década de 880, y los árabes intentaron someter las fortalezas bizantinas que quedaban en el tercio noreste de la isla, pero con un éxito limitado: las incursiones produjeron un botín para pagar al ejército, pero no se tomaron fortalezas.

Geophysical map of Sicily with main settlements