Sitio de Lérida (942)

Apresaron al caíd musulmán de Barbastro y se aventuraron hasta territorio oscense.[1]​ El asedio a Lérida duró ocho días, pero por falta de alimentos y forraje, así como por considerar difícil la victoria, los húngaros abandonaron el sitio de la ciudad y continuaron saqueando e incendiando aldeas.Entre los guerreros, hubo algunos que se convirtieron al islam, y el califa de Córdoba los empleó como su guardia personal.Alrededor de 943, las tropas musulmanas finalmente derrotaron en varias ocasiones a los merodeadores húngaros y muchos regresaron a su hogar, en las llanuras de Panonia.El historiador hispanomusulmán Ibn Hayyan narró la razia de los magiares[2]​ y atribuyó a esta incursión y a las dificultades que causó en Al-Ándalus, la decisión de Ramiro II de León de romper la tregua que había firmado un año antes con Abd-al-Rahman III, algo que niegan modernos historiadores.