Este sistema está orientado a mejorar la productividad de las tierras y, al mismo tiempo, ser ecológicamente sustentable.
Hay vestigios de ello en la mayor parte de las culturas antiguas, en las que se integraban varios componentes productivos y se gestionaban de modo complejo, lo que con algunas modificaciones sigue sucediendo en la actualidad; llamemos a esta actitud humana hacia la producción tradición agroforestal, más claro: sistemas tradicionales con cualidades agroforestales.
[10] Una técnica agroforestal es la aplicación concreta de una tecnología y su vulgarización (por ejemplo: poda).
[11] Nuestro futuro común o Informe Bruntland, reafirmó esta trayectoria y sugirió una serie de acciones para atenuarla, tal vez su mayor mérito resida en la socialización de la idea en casi todos los foros económicos, sociales y ambientales del planeta.
[12] Tras la revolución verde, se prestó atención al hecho de que algunos de los beneficios humanos que esta debía alcanzar no se lograron, su alcance no fue democrático y los grupos marginados lo seguían estando.
El entonces presidente del Banco Mundial, Robert McNamara y su equipo, propusieron el rediseño de las políticas para apoyar programas nacionales que soporten el desarrollo agrícola; inclusive emitieron una ordenanza sobre los préstamos en temas forestales, a que atendieran no sólo la producción de madera, sino la de alimentos y el cuidado del ambiente.
En 1991 bajo la gestión de B. Lundgren, el consejo se convirtió en Centro Internacional, es decir pasó a ser parte del CGIAR.
Varios intentos y pautas se tomaron con tal propósito, sin alcanzar consenso ni universalidad.
En lo primero, para definir su organización espacial vertical se tiene: mono-estrato (un nivel único y uniforme de todos los componentes, como en los setos vivos) y multiestrato (varios niveles de gestión, como en los huertos caseros); para su organización horizontal: mixto (dos o más especies compartiendo un espacio común sin arreglo ninguno, como en los árboles en tierras de cultivo) y zonal (cada especie ha definido una característica de establecimiento, como en el cultivo en callejones o parches forestales); adjetivados con términos que los individualicen (presencia temporal, densidad, etc.), como: simultáneo, secuencial, rotacional, denso, disperso, etc. [Young, 1989; Torquebiau, 1993; Krishnamurthy y Ávila, 1999].
La agroforestería aportan en forma de biomasa alimento para la fauna edáfica, y consecuentemente, nutrientes para las plantas, lo que mejora la dinámica microbiana del suelo.
[24] En un estudio analítico realizado en sistemas agroforestales,[24][25] se encontró que bajo estos sistemas agroforestales, el carbono orgánico del suelo aumenta al igual que la disponibilidad de Nitrógeno y Fósforo inorgánico y el pH del suelo.
El pH del suelo, como condición química clave para la actividad microbiana, la movilidad, disponibilidad y solubilidad de nutrientes, en los trópicos normalmente es ácido, lo que hace que la agroforestería sean un modelo productivo muy viable para mejorar está condición.
En este método, se plantan muchos cultivos juntos en tiras surcos o pasillos entre árboles y arbustos.