Los argonautas fueron los primeros que consiguieron superar con éxito este obstáculo, aunque habrían muerto aplastados por las rocas si no hubiera sido por el consejo de Fineo: Eufemo dejó una paloma volar entre las rocas, que perdió solamente las plumas de su cola.
A menudo suelen situarse geográficamente estas rocas en el estrecho del Bósforo.
Estas rocas destrozaban las naves y las maderas restantes eran dispersadas por el mar o destruidas por las llamas.
Como Escila y Caribdis han sido situados a menudo en el estrecho de Mesina, algunos autores (como E. V. Rieu[2]) han sugerido que las rocas que vagaban estaban situadas alrededor de Sicilia, con sus llamas y humo viniendo del Etna.
Severin también propone una localización alternativa para Escila y Caribdis, que estarían situados en el otro lado de Leucas, observando que el nombre Cabo Skilla todavía se utiliza para un promontorio próximo en el continente.