Los shtetls (plural en yidis: שטעטלעך, shtetlej) se concentraban principalmente en las áreas que conformaban la Zona de Asentamiento en el Imperio ruso, Polonia, Galizia y Rumanía.
Los shtetls se presentan como comunidades piadosas observantes del judaísmo ortodoxo, socialmente muy estables e inalterables en su estilo de vida debido a la poca influencia externa y pese a eventuales ataques extranjeros, conservando su lengua yidis, sus costumbres, y su religión.
Así, durante la colectivización de la tierra en la URSS, los shtetl sobrevivientes se adaptaron a las políticas gubernamentales soviéticas, aun perdiendo muchos rasgos sociales y culturales típicos.
El principal contacto del shtetl con los ciudadanos gentiles fue mediante el comercio con los campesinos vecinos, sean rusos, polacos, o ucranianos.
La educación judía abarcaba la instrucción básica y materias principalmente culturales y religiosas (tenidas en gran estima en su comunidad) en tanto la activa discriminación antisemita tornaba casi imposible acceder a educación secundaria formal fuera del shtetl.
El crecido tamaño proporcional de las comunidades judías, y la limitada interacción con gentiles, permitía una efectiva endogamia que preservaba la cultura hebrea en las generaciones siguientes.