Sus montes están poblados de distintas variedad arbóreas, destacando el pino y las sabinas.
Aunque el origen del asentamiento es muy anterior, Sesga comienza a estar documentada en el siglo XVI.
La primera referencia a Sesga en las Relaciones «ad limina» de los obispos de Segorbe data de 1656, durante el pontificado del obispo fray Francisco Gavaldá Guasch (1652-1660), quien constituyó un vicario para Sesga y Mas del Olmo, que ambas aldeas ademuceras compartían.
[3] En la década de 1960 esta población se había reducido a 150 habitantes.
Cuenta con un entramado urbano muy bien conservado debido a su reciente despoblación, sus casas constituyen una buena muestra de las técnicas constructivas tradicionales del Rincón de Ademuz.