Semana Santa en Ayacucho

Los días Lunes y Martes Santos salían pequeñas procesiones pero de forma interrumpida.

Durante esa época, la Semana Santa se convirtió en una «infracción solemne del orden cotidiano»[8]​ por la interacción desacostumbrada de los diferentes grupos sociales de la ciudad y que amenazaba con quebrar durante el tiempo festivo las rígidas fronteras sociales existentes en esa época.

[6]​ Para ello, desarrolló algunas estrategias de poder como formar alianzas con las autoridades políticas y militares.

Con estas disposiciones, no solo se eliminaron formalmente las procesiones del Lunes y Martes Santo, sino que además se reguló la participación de los actores sociales en cada etapa del ritual por edad, género y clase social.

Años después, la urna y la plataforma fueron cambiadas por las bellas andas talladas en madera que hoy salen en el cortejo.

De este modo quedó configurada la Semana Santa ayacuchana hasta mediados de siglo, como «una performance que reproducía las rígidas jerarquías que se habían establecido en la sociedad local en la primera mitad del siglo XX».

[6]​ Durante esta época, en Ayacucho existían dos grupos sociales y étnicamente diferentes: los terratenientes, propietarios de las haciendas, que en ocasiones también ejercían los puestos públicos y los campesinos que vivían en las comunidades o trabajaban en las haciendas en condiciones de explotación.

[11]​ La fiesta se convirtió en espectáculo debido a la afluencia de visitantes tanto nacionales como extranjeros que fue tomada en cuenta por la jerarquía eclesiástica acaso interesada por la presencia de turistas en la representación, ahora que Ayacucho empezaba a ser considerado como destino turístico.

Sin embargo, pese al carácter espectacular que adquirió, la fiesta sin embargo continuó reproduciendo el esquema de jerarquía y exclusión social que provenía de los tiempos del arzobispo Otoniel Alcedo.

Sin embargo, a medida que se convertía en una representación festiva que reunía a devotos y turistas, terminó configurándose a la vez como una «instancia de reestructuración social y de socialización» (Briones, 2008) en la que los individuos y los grupos sociales adquieren presencia protagónica al expresar, restablecer y remodelar las relaciones sociales ordinarias, incluso de manera algo tensa o conflictiva, llegando además a afirmar una identidad en relación con su participación en la fiesta.

Pero esta es diferente a las demás porque entre la entrada del chamizo y el día central se impone una larga pausa de recogimiento en la que se representa el rito litúrgico del Triduo Pascual, con las procesiones que ya hemos mencionado.

Llamada "himno oficial de la fe india" según Jorge Lira, citado por José María Arguedas.

En esta procesión participan hasta cuatro andas: la Virgen Dolorosa, el Señor de la Agonía, la Verónica y San Juan.

Durante la misma y como muestra del ingenio festivo del pueblo, los concurrentes llevan agujas o espinas largas para pincharse mutuamente como una forma de "ayudar al Señor en su dolor".

Acompañan al Señor las principales autoridades de la ciudad portando palmas y estandartes.

En su recorrido, se detiene en catorce estaciones para rezar el Vía Crucis, entonando cánticos sacros en quechua y castellano.Por tradición, la procesión está a cargo del Poder Judicial de Ayacucho.

En seguida los tres se dirigen en busca del Nazareno, produciéndose idas y venidas de las imágenes.

La Virgen encuentra a su hijo, y se inclina tres veces, rememorando el camino al calvario.

Las imágenes "conversan" un largo rato, en un marco de expectativa general, ningún ayacuchano se ha quedado en sus casas, la población ha copado toda la Plaza y espera con emoción.

Luego, las andas abandonan lentamente la Plaza Mayor retornando al Templo de Santa Clara.

Este día el clero renueva sus promesas ante los obispos, los fieles ayacuchanos visitan los monumentos eucarísticos que son preparados en todos los templos católicos de la ciudad.

Los devotos hacen hervir en un brasero la cazoleta con un conjunto de hierbas aromáticas, luego se consagran los santos óleos; en este día el Obispo de Huamanga hace el lavado a doce menesterosos.

[20]​ Al salir del templo los fieles cantan la tradicional canción en quechua Apuyaya Jesucristo, que es interpretada posteriormente por la Tuna de la Universidad San Cristóbal a su llegada a La Higuera, en el Portal Municipal de la Plaza Mayor.

Paralelamente, un fastuoso paseo de chalanes por la ciudad rememora los viejos tiempos y recuerda a los hacendados ayacuchanos del pasado.

Antes de que culmine la procesión, los nuevos mayordomos reciben simbólicamente las insignias del cargo y reafirman su compromiso mediante el Waytakuy.

[13]​ Al clarear el día y culminada la procesión, todos participan del agasajo popular que ofrecen los mayordomos salientes.

La organización de la fiesta corre a cargo del mayordomo, quien debe estar en todas las fases del ciclo festivo, mientras que los demás protagonistas cumplen funciones específicas y limitadas a determinados días.

Los aynis del mayordomo o sus colaboradores que enfrentan algunos gastos para la adecuada celebración de la fiesta.

El kichkachi consiste en un trago que se invita al candidato para Uma.

Por el rol protagónico que detentan en la representación del Viernes Santo son señalados constantemente por los otros grupos sociales como «elitistas» y la procesión en la que participan es considerada como ceremonia de la «pequeña burguesía» local (González y Carrasco, 2004: 63).

Noticiario de la década de 1940 sobre la Semana Santa en Ayacucho, parte de la colección de la Biblioteca Nacional del Perú .
El Angelus en la víspera del Domingo de Resurrección en la Plaza de Ayacucho.
Plaza ayacucho 1920.
Esquina del tempo de Santo Domingo en 1924. Lugar del canto del Apuyaya Jesucristo en Viernes Santo
Procesión en Ayacucho
Imagen del Señor del Huerto con la medalla de la Facultad de Agronomía UNSCH
Estudiantina de Ciencias Agrarias
Preparación de alfombras
Entrada de los morochucos a la plaza el Sábado de Gloria
Preparación del anda para el Domingo de Resurrección
Aristocracia ayacuchana.