Scone (Escocia)

A mediados del siglo IX, Kenneth MacAlpin se proclamó rey de los escotos, y durante los años siguientes logró expandir sus posesiones hacia el sur, venciendo a los pictos en diversas batallas.

Hecho esto, Kenneth I trasladó la capital de su reino a Scone, donde ya existía probablemente una iglesia cristiana, trayendo consigo, según dice la leyenda, la "Piedra del Destino" o "Piedra de Scone", sobre la que se coronaban los reyes escoto, y que se convertiría desde entonces en la piedra sobre la que se coronaron los reyes de Escocia y, desde el siglo XIV, también los ingleses.

A finales del siglo XIII, concretamente en 1296, Perth y Scone fueron invadidos y saqueados por el rey inglés Eduardo I de Inglaterra, quien trasladó la Piedra del Destino a la Abadía de Westminster, en Londres, donde siguió siendo empleada en las coronaciones de los reyes británicos y escoceses.

La Abadía de Scone, totalmente destruida, fue entonces sustituida por el Palacio de Scone, el cual a su vez fue totalmente reconstruido a principios del siglo XIX en un estilo neogótico empleando piedra arenisca.

[1]​ El lugar en el que se hallaba el primitivo Scone está ahora ocupado por el Palacio de Scone y sus jardines adyacentes, que constituyen el mayor atractivo turístico de la ciudad.