En 1774, Siddons alcanzó su primer éxito como Belvidera, en la obra de Thomas Otway, Venice Preserved.
Su papel más famoso fue el de Lady Macbeth debido a la grandeza con la que expresaba sus emociones y las pasiones asesinas del personaje, logrando llegar al público y dejar extasiados a los espectadores.
Sarah Siddons era una mujer alta y tenía una figura llamativa, una belleza brillante y unos ojos poderosamente expresivos, además de una dignidad soleme que le permitía reclamar ese personaje para sí misma.
[1] Tras ese personaje interpretó a Desdémona, en Otelo; Rosalinda, en Como gustéis; Ofelia, en Hamlet; y Volumina, en Coroliano, todos con gran éxito.
En 1802 dejó Drury Lane y comenzó a aparecer de forma esporádica en un teatro rival, el Royal Opera House.
Siddons se retiró formalmente de los escenarios esa noche, si bien reapareció para algunas actuaciones en ocasiones especiales.
[1] Sarah Siddons murió en 1831, en Londres, y fue enterrada en esa ciudad, en el Cementerio de Saint Mary, en Paddington Green.