Benito Pérez Galdós escribió de él:
Cursó Teología y Filosofía y Letras en la Universidad Central, obteniendo la licenciatura en 1858, y montó en Madrid su propio colegio de primera y segunda enseñanza, con clases nocturnas y de preparación a las carreras de medicina y farmacia: el colegio de San Ignacio, en el que compartió la dirección con el también presbítero Valentín Morán, capellán del duque de la Torre y a partir de 1887 primer director de El País.
[1][2] En 1870 colaboraba según Hartzenbusch con La Armonía, Revista de intereses religioso-político-sociales dirigida por el presbítero Julián Jiménez y Cordón, defensora del clero católico liberal.
[3] Iniciado políticamente en el Partido Progresista, tras la Revolución de 1868 pasó al Partido Demócrata-Radical y posteriormente al Republicano Progresista siguiendo siempre a Ruiz Zorrilla.
Presidente del Casino republicano-progresista de Madrid y vicepresidente de la junta directiva del partido, que pasará a presidir en diciembre de 1889, por muerte del marqués de Montemar, defendió siempre las políticas más radicales y los llamamientos a la insurrección de Ruiz Zorrilla, por lo que durante la Restauración sufrió algunos días de prisión incomunicada en cárceles militares y una detención en Santander –donde tenía propiedades– con motivo del pronunciamiento encabezado por el brigadier Manuel Villacampa el 19 de septiembre de 1886.