Santiago Gregorio O'Farrell

[2]​ En 1884 a los 23 años se casó en la Parroquia Regina Martyrum en Buenos Aires (Av.

En 1893 a sus 32 años es nombrado presidente del Círculos Católicos de Obreros fundados al año anterior por el sacerdote redentorista Federico Grote.

En 1896 es electo diputado nacional por la Provincia de Buenos Aires hasta 1900, teniendo una importante participación en la labor legislativa.

El Primer Manifiesto de la Liga Democrática Cristiana contiene los principios básicos del socialcristianismo.

En los congresos nacionales que organizados por la Liga en 1907 y 1908 figuras como Federico Grote, Gustavo Franceschi, Emilio Lamarca, Alejandro Bunge, Juan Félix Cafferata expusieron notables trabajos y proyectos de legislación social.

Y en 1906 es renovado el mandato por tercera vez consecutiva como diputado por la Capital Federal hasta 1910, ahora junto al Partido Republicano, con el apoyo de un desprendimiento del Partido Autonomista Nacional que lideraba Roca.

Las crónicas de la época lo consignan, con argumentos precisos, defendiendo la tesis contraria al proyecto.

Nadie, o muy pocos saben hoy que la ley 3.942, sancionada en 1898, estableciendo el seguro de vida es obra suya.

Le importó y estudió todo lo atinente a los ferrocarriles, entre sus actividades también se destaca la participación en diversas comisiones organizadoras de empresas ferroviarias.

Ello le permitió llegar a la presidencia del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico y Gran Oeste Argentino (hoy Ferrocarril San Martín) el 1 de mayo de 1913 ejerciendo la presidencia hasta su fallecimiento.

Bourse, se declara fundada la institución designándose: Presidente: D. Jorge A. Mitre; Secretario: T.R.

Wellheuer, Juan Lalor y Eugenio C. Noé, quienes no estando presentes, se adhirieron al Club por escrito.

Firman: Jorge A. Mitre, Teodoro R. Browne, Francisco Ghigliani y Cornelio van Domselaar.

"[2]​ Publicó un folleto: Datos recopilados por el Dr. Santiago G. O'Farrell, presidente de la Comisión pro monumento al almirante Brown.

En primer lugar hizo uso de la palabra el señor O'Farrell, quien comenzó manifestando: “Es menester rectificar el concepto de que la ingratitud y el olvido constituyen las monedas con que las democracias pagan a sus leales servidores”.

Luego siguió rememorando las principales acciones navales que tuvieron por protagonista a nuestro glorioso Almirante y finalizó su discurso, manifestando: “Gracias al Poder Ejecutivo, que en todo momento nos ha alentado con su ayuda pecuniaria y moral; gracias a la Intendencia Municipal de la Capital de la Nación por la gentileza con que ha allanado todas las dificultades referentes a la ubicación del monumento; gracias a los generosos irlandeses y a sus descendientes que han considerado como un timbre de honor aportar los recursos necesarios; nuestro reconocimiento muy expresivo al eximio escultor señor Chiapasco, por la eficacia y delicadeza con que ha llevado su cometido desde el primer momento hasta dejar concluida su obra”.

A vast concourse of people and motor-cars blocked the traffic for many squares.

Escudo de la familia O'Farrell .