Se le rinde culto por su vinculación con la figura de Cristo, como a otras Santas Mujeres, y es muy común su representación pictórica o escultórica portando el paño.
[7] En Paneas, según Eusebio de Cesarea (Historiae Ecclesiasticae, VII, XVIII (PG.
[12] A partir de entonces se convirtió en una devoción muy extendida y reflejada en el arte.
La palabra griega tetradiplon ("doblado cuatro veces") se reserva no obstante para la denominación del Mandylion de Edesa.
[17] La etimología se conoce desde al menos el siglo XVII ("juzga Tillemont que Verónica pudo ser el mismo nombre Berenice, común entonces entre los judíos"), aunque muchos autores han preferido la lectura paretimológica del nombre (Francisco Quaremio,[18] Bzovius, Du Cange).
[19] El tema fue muy desarrollado en el arte cristiano occidental desde finales de la Edad Media.