En 1012 fue cedido a Isnabert para que se encargara de la repoblación una vez finalizada la reconquista.
A principios del siglo XII, Santa Oliva sufrió diversos ataques de los que tardó en recuperarse, tanto demográfica como económicamente.
Se produjeron diversas disputas entre los señores del castillo y el cenobio de San Cugat.
Está cubierta con bóveda de medio punto y tiene una puerta rectangular en su fachada norte.
El pueblo cuenta con dos parques industriales con capacidad para grandes y medianas empresas.