Está firmado por los arquitectos Pablo Soler Lluch y Carlos E. Soria Pérez.
Así los habitantes del barrio tenían acceso tanto a los tranvías y autobuses que unían Silla y Catarroja con Valencia, como a la línea 9 del tranvía que daba servicio al cementerio.
Al sur de la barriada se encontraba ya en construcción en aquel momento la Ciudad del Aprendiz.
[3] El objetivo era ofrecer casas de alquileres muy bajos que fueran asequibles a las personas más modestas.
[3] La manzana I, rodeada por las calles Juan Perpiñá, San Pío X y Arzobispo Olaechea, tenía una superficie en proyecto de 5130 m².
Con esta distribución se evitaba la necesidad legal de instalar ascensores, abaratando los alquileres.
[3] La planta baja se situaba a ochenta centímetros de la rasante del suelo para evitar humedades.
Se edificó en algunas partes de la fachada una falsa quinta planta parcial a efectos puramente estéticos.
[3] La manzana II, rodeada por las calles Reverendo José Noguera, San Marcelino y Arzobispo Olaechea, tenía una superficie de 4800 m² en la que se proyectaba construir 132 viviendas y dos locales comerciales.
Además había viviendas con cocina-comedor, siete de ellas con tres dormitorios y otras seis con dos.
[3] Con estas tres primeras manzanas se pretendían conseguir 421 viviendas y ocho locales comerciales.
Para reducir gastos, se descartaron las bóvedas, de forma que el templo se cubrió a dos aguas, soportándose mediante cuchillos metálicos que apoyaban directamente sobre los pilares de hormigón.
[3] Los servicios anejos al templo que se proyectaron fueron sacristía, racionalato, vestuario de sacerdotes, oficina parroquial, despacho del párroco, sanitarios y un reducido jardín.
Estas albergaban las viviendas del párroco y del vicario, cuya distribución interior incluía vestíbulo, despacho, comedor, cocina, despensa, baño, ropero y tres dormitorios.
Junto esta casa había un amplio patio con jardinería emplazado como un clásico huerto parroquial.
[3] La manzana I excedía en altura por los elementos ornamentales que simulaban parte de una quinta planta.
Aunque la memoria la señalaba su condición ornamental, la Comisión no los consideraba así.
Finalmente, los voladizos sobresalían ochenta cm, que era el doble del máximo permitido.
[3] En marzo de 1956 se presentó un nuevo proyecto que resumía lo ejecutado hasta el momento e incrementaba las obras a realizar.
[3] Las viviendas de esta nueva manzana se distribuyeron en cuatro grupos (tipos A, B, C y D) pero esta clasificación es confusa, ya que había hasta dieciocho opciones distintas de distribución.
Esta instalación cuenta con 10 000 m², los cuales albergan un teatro, salas de ensayo para danza y una biblioteca especializada en música.