Corresponde al salmo 26 según la numeración de la Biblia Septuaginta griega, empleada también en la Vulgata latina.Es también conocido por su primer versículo: El Señor es mi luz o, en latín, Dominus illuminatio mea.[3] El Salmo 27 es una obra compuesta por al menos dos autores reunidos por un editor.Los cristianos protestantes, tradicionalmente lo han tenido como un escrito temprano en la vida de David, durante su huida del Rey Saúl, con Charles Spurgeon sugiriendo específicamente el incidente con Doeg el Edomita.Algunas becas sostienen que originalmente pudieron haber sido dos salmos separados[5] En hebreo, los primeros tres versículos aumentan numéricamente: dos frases paralelas de cinco palabras cada una, luego seis, luego siete, (insinuando su finalización en la numerología judía).Por eso el salmo muestra la situación concreta de los cantores creyentes.6 Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo; Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová.No apartes con ira a tu siervo; Mi ayuda has sido.12 No me entregues a la voluntad de mis enemigos; Porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad.14 Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová.1 Jehová es mi luz y mi salvación, ¿de quién temeré?6 Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, y yo sacrificaré en su Tabernáculo sacrificios de júbilo; cantaré y entonaré alabanzas a Jehová.12 No me entregues a la voluntad de mis enemigos, porque se han levantado contra mí testigos falsos y los que respiran crueldad.[18] El Papa Juan Pablo IITambién habló de la primera parte del salmo como:"marcada por una profunda tranquilidad, basada en la confianza en Dios en el día oscuro del asalto de los malhechores".Estas son algunas de las obras más famosas, enumeradas en orden cronológico: