Existen diferentes formas o grados de ser según la pertenencia del objeto de conocimiento en cuestión al Mundo Sensible (Kosmos Aistethós) o al Mundo Inteligible (Kosmos Noetós), teniendo las entidades del Mundo Inteligible, las Ideas (εἶδος, eidos), un grado de ser mayor y más perfecto que los objetos del Mundo Sensible, con propiedades como la inmutabilidad y la eternidad.
En el plano epistemológico, Platón habla de un ascenso en el conocimiento desde la dóxa (que contiene a la imaginación (eikasía) y la creencia (pistis)) hasta la episteme (que contiene a la diánoia o pensamiento discursivo (proceso deductivo descendente) y la nóesis o intuición intelectual (proceso intuitivo-abstractivo ascendente que permite la intelección y aprehensión directa de las Ideas)).
Según Platón, el filósofo se serviría en este proceso del dominio tanto de la diánoia como de la nóesis para alcanzar el verdadero conocimiento (episteme), si bien afirma que la nóesis juega un papel superior en la obtención del conocimiento más elevado y, en última instancia, del conocimiento de la Idea Suprema, que en la República identifica con el Bien, aunque en el Banquete la identificaría con la Belleza.
Ahora aplícame a los cuatro segmentos estas cuatro operaciones que realiza el alma: la inteligencia, al más elevado; el pensamiento, al segundo; al tercero dale la creencia y al último la imaginación; y ponlos en orden, considerando que cada uno de ellos participa tanto más de la claridad cuanto más participen de la verdad los objetos a que se aplica.
El paradigma platónico de la línea divide al mundo en dos partes: el mundo inteligible (que correspondería a la episteme o ciencia), y el mundo sensible (que correspondería a la doxa u opinión), en las cuales se encuentran como modos de conocimientos adosados a estas esferas del intelecto.
En la segunda parte sitúa a los objetos inteligibles, correspondientes al modo de conocimiento de la episteme, conocimiento cierto o verdadero que se integra entre el pensamiento discursivo y la actividad dialéctica, que finalmente es lo que permite ascender en última instancia hasta el conocimiento sobre la Idea Suprema, la cual propicia llegar a entender las relaciones entre todas las entidades, tanto sensibles como inteligibles.
Dicho de otra forma, que sólo recurren a las propias Ideas.
Pone como ejemplo las entidades matemáticas y de las ciencias, que se conocen mediante el entendimiento discursivo.
Son estas las ideas morales y metafísicas que se conocen de modo dialéctico mediante la intelección