La importancia y funciones que Platón concede en su filosofía a la idea de bíen es tal que muchos autores (los neoplatónicos y los primeros filósofos cristianos) la han identificado con Dios.
Nos dice que al igual que el ojo ve con más claridad cuando su objeto está bañado por la luz solar, también el entendimiento capta más nítidamente su objeto (ideas) a la luz de la Idea del Bien, esta proporciona la verdad a los objetos de conocimiento y la facultad de conocer al que conoce.
La verdad para los griegos es aletheia (desvelamiento), es decir, quitar el velo a las apariencias para descubrir la realidad auténtica de las cosas.
Por ello se concibe como una propiedad de las Ideas, refiriéndose a ellas como “objetos sobre las cuales brilla la verdad”.
Platón asigna a la Idea del Bien, a la bondad o excelencia, una importancia que excede la meramente ética, es “lo que proporciona la verdad a los objetos del conocimiento y la facultad de conocer al que conoce".