[2] Varios familiares de Cartier que permanecieron en Europa, incluida su madre, murieron en el Holocausto.
[4] Sin embargo, a diferencia de Wilder, Cartier no tuvo éxito allí y, en 1935, se trasladó al Reino Unido.
[2] También trabajó como productor cinematográfico en un cortometraje que adaptó la historia de Sherlock Holmes El hombre del labio retorcido.
[5] En 1952, Michael Barry, con quien Cartier había trabajado en un proyecto que no se completó en 1948, fue nombrado Jefe del Departamento de Drama en BBC Television y entrevistó a Cartier para el puesto de productor televisivo,[7] un trabajo que también incluía dirección.
"[12] La contribución de Cartier a la serie fue resaltada en su obituario en el periódico The Times, que también llamó a la serie "un hito en el drama televisivo británico tanto por su imaginación visual así como por su habilidad para impactar al público.
Gracias a ello, o tal vez debido a la efectiva combinación de ciencia ficción y melodrama intenso realizada por Cartier y Kneale, cautivaron al público.
[21] Cartier apareció en televisión para defender la producción en un debate y, por último, la Junta Directiva de la BBC votó que la segunda presentación se realizara según lo planeado.
[22] Para entonces la producción había recibido el apoyo del Duque de Edimburgo, quien comentó, durante su discurso en la Royal Society of Arts, que la Reina había visto y disfrutado la primera presentación.
[1] Realizó un breve regreso al cine cuando dirigió las películas Broken Journey y Passionate Summer, pero se siguió considerando a sí mismo un director de televisión, que siguió siendo su medio favorito.
[5] Cartier también dirigió varias óperas para la BBC, un género por el cual sentía gran pasión.
El sucesor de Barry, Sydney Newman, abolió el tradicional rol de productor-director y dividió las responsabilidades en puestos separados, dejando a los directores como Cartier con menos control sobre sus producciones.
[2] Cartier también fue asignado a dirigir episodios de series dramáticas regulares, tales como Maigret y Z-Cars.
[3] A lo largo de su carrera, Cartier se rehusó a trabajar para la televisión comercial: "Odio la idea de que mi trabajo creativo sea constantemente interrumpido por razones comerciales", comentó una vez.
"[3] Cartier estuvo casado en tres ocasiones, la última con Margaret Pepper desde 1949 hasta su muerte.
"[2] Varias de las producciones que sobrevivieron han sido aclamadas por críticos más recientes.
En 2000, el British Film Institute realizó una lista de los 100 mejores programas televisivos británicos del siglo XX.
Elegida por un grupo de profesionales del sector, la lista contenía tanto Nineteen Eighty-Four como Quatermass and the Pit.
[30] En el análisis que acompaña cada entrada en la lista, Nineteen Eighty-Four fue descrita como "un ejemplo temprano del poder del drama televisivo... Incluso ahora, las secuencias de tortura retienen su poder de impactar y perturbar.
"[31] Nigel Kneale, guionista de los dramas aclamados por el British Film Institute, pensaba que las producciones no hubieran sido tan exitosas de haber sido realizadas por otro director.
"[34] Similarmente, en su obituario de The Times se dijo que "en tiempos en que las producciones de estudio solían ser estáticas como en el teatro, Cartier se ganó gran respeto por su contribución creativa al drama televisivo británico dándole una nueva dimensión.
"[3] En 1990, el programa de BBC Two The Late Show produjo un episodio que mostraba una retrospectiva del trabajo de Cartier, incluyendo una entrevista con el director discutiendo su carrera.