Fue también secretario del obispo Fray Mamerto Esquiú y de su sucesor, Reginaldo Toro, a quien acompañó en su viaje al Concilio Latinoamericano de Roma en 1892.
[1] Era especialmente conocido en Chilecito, ya que su madre era originaria de esa localidad, y había donado el terreno para la iglesia parroquial.
En Corrientes el problema más serio era la pobreza generalizada, que sólo permitió algunos adelantos en la capital y en la villa de Goya.
[1] Misiones era un caso aún más complejo, ya que allí existía únicamente una villa, la actual Posadas y el resto del territorio era casi inaccesible; por ello encomendó la misión de esa región a los Misioneros del Verbo Divino.
La misma fue secuestrada por la justicia hasta terminar las averiguaciones sobre los presuntos ladrones, que nunca fueron identificados.