Desde el siglo XIX se utiliza a veces el nombre de Rochefort-sur-Mer, aunque nunca ha tenido validez oficial.
En el siglo XI en el lugar existía un castillo llamado Roccafortis, que dominaba el río Charente en el corazón de una región pantanosa.
El rey Enrique IV lo cedió por lettre-patente en 1599 a Adrien de Lozeré.
El futuro puerto marítimo y su flota iban a disponer también de facilidades de abastecimiento gracias al puerto fluvial de Tonnay-Charente, situado a poca distancia río arriba, donde desde la Edad Media confluían las materias primas como la madera y el hierro, así como los productos agrícolas del interior del país.
Esta crece con fuerza y ya tiene 20.000 habitantes al inicio del siglo XVIII.
Begon apoyó su solicitud y el Rey les concedió la potestad de elegir a cuatro escabinos que se encargaron de la administración, y nombró a un alcalde.