Lotario murió en 1137, y Richenza rápidamente se movió para asegurar que las tierras de Sajonia fuesen a parar a manos de su yerno Enrique.
En Pentecostés del año siguiente, sin embargo, una delegación de príncipes sajones se reunieron en Bamberg para elegir a Conrado III que sucedió a Lotario como emperador.
Enrique fue elegido duque, por fin, en 1142; su madre Gertrudis gobernó como regente hasta su mayoría de edad.
Richenza no vivió para ver a su nieto como sucesor en el ducado.
Entre los objetos de su tumba se encuentra una corona simple y elegante.