Asiduo a las tertulias artísticas del café "María Cristina", allí descubre al actor y director Florián Rey, que le contrata para actuar en la película muda El pilluelo de Madrid.
Esta colaboración le abriría las puertas para participar en otras muchas películas del citado director, como Águilas de acero y, sobre todo, La hermana San Sulpicio, film este último que le haría saltar a la fama junto a Imperio Argentina.
La aparición del sonido en el cine supone un gran reto para Ricardo: el de camuflar su marcado acento gallego.
La revolución que estallaría en Argentina en 1955 provoca el regreso de Ricardo Núñez a España, donde dirigiría "La chica del barrio" y hasta cuatro películas más.
En su penúltimo trabajo como director, Lo que cuesta vivir, realiza un cameo apareciendo como taxista.