Ricardo Magdalena
Sin embargo no relegó el cultivo de la arquitectura del hierro, como puede observarse en el Matadero Municipal, aunque en este aspecto le aventajó Félix Navarro, su gran competidor contemporáneo.Magdalena fue ante todo un ecléctico, agradecido al Ayuntamiento, que le proporcionó una educación y una carrera impensables en su situación de orfandad, y fiel servidor de las instituciones para las que trabajó.El Matadero Municipal fue la obra que le reportó su primer gran éxito.En ellas destacaba su funcionalidad, pero no se rechazaba una discreta ornamentación en capiteles y columnas de hierro fundido.Magdalena planeó un edificio de varios módulos; el principal era todo un homenaje a la arquitectura renacentista aragonesa, pero con una concepción y dimensiones monumentales y una ornamentación modernista sin estridencias.El edificio se convirtió pronto en un símbolo del regionalismo arquitectónico y el historicismo aragonés con sus recuerdos de yeserías mudéjares, labores en ladrillo, aleros trabajados en madera, y equilibrio de líneas del clasicismo aragonés.Se construyeron varios edificios permanentes, como el que iba a ser Museo de Zaragoza (inicialmente denominado Museo Provincial de Bellas Artes), y otros efímeros, como el pabellón Francés, proyectado por Félix Navarro.