Kenneth Rexroth

Rexroth tuvo dos hijas, Mary (quien más tarde cambió su nombre a Mariana) y Katharine, con su tercera esposa, Marthe Larsen.

De formación casi por completo autodidacta (sólo fue al colegio durante cinco años), devoraba toda clase de libros, escribía poesía, pintaba cuadros abstractos, trabajaba en el teatro vanguardista y empezó a estudiar por su cuenta varios idiomas.

Antes de haber cumplido los veinte años ya había recorrido el país en auto-stop, dedicándose a trabajar los veranos en el lejano oeste como mozo y cocinero para los cow-boys; también trabajó en granjas y en tareas forestales, y un día consiguió enrolarse en un barco para ir a París.

Al principio parece que el libro va a tratar más de otros personajes que de él mismo: Louis Armstrong, Alexander Berkman, Clarence Darrow, Eugene V. Debs, Marcel Duchamp, Emma Goldman, D. H. Lawrence, Diego Rivera, Carl Sandburg, Edward Sapir, Sacco y Vanzetti, todos aparecen brevemente.

Además, el libro presenta una gran variedad de personajes: anarquistas , comunistas, wobblies (pertenecientes a la IWW), dadaístas, surrealistas, ocultistas, prostitutas, policías, delincuentes, jueces, carceleros, vagabundos, rústicos, indios, cow-boys, leñadores... Se trata de una autobiografía fascinante, no solo por la increíble y variada suma de experiencias del propio Rexroth, sino por su evocación de la subcultura radical libertaria americana que desapareció a comienzos de siglo y por las imágenes que ofrece de la bohemia de los años veinte que anticipaban la contracultura mundial que más tarde llegaría.

Kenneth Rexroth Street en San Francisco, California
Audio con poema de Kenneth Rexroth